Paz mental: La fuente del bienestar

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Paz mental

Uno de los más importantes anhelos del ser humano en estos días es alcanzar la paz mental. “Paz” no solo engloba la tranquilidad o estabilidad en las relaciones interpersonales, sino que invita a una introspección profunda y conexión intrapsíquica que define la realidad. Por ello, el concepto de “paz mental” no es solo una idea poética o espiritual, sino una necesidad real para preservar el bienestar psicológico y físico.

¿Qué es la paz mental?

La paz mental se define como un estado de equilibrio interno, libre de perturbaciones emocionales como la ansiedad, el estrés o el miedo. Implica una sensación de calma, claridad y aceptación, incluso en medio de situaciones adversas. Según la psicología positiva, este estado se asocia con una mayor regulación emocional, resiliencia y satisfacción vital.

Marian Rojas sostiene que la paz mental trata de un entrenamiento emocional, donde se deja de vivir en alerta; por lo que es necesario aprender a detectar los pensamientos que saboteadores y dejar de vivir en el pasado (rumiando) o en el futuro (anticipando catástrofes).

Para José Luis Parise, la paz mental no se alcanza evitando conflictos, sino atravesando conscientemente los desafíos internos. Esto implica dejar de proyectar hacia afuera las tensiones y enfrentarse a la raíz de los conflictos internos.

“No hay paz sin transformación. Y no hay transformación sin atravesar el conflicto que uno mismo ha generado inconscientemente.”

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¿Por qué es tan importante la tranquilidad mental?

La tranquilidad mental no solo mejora la calidad de vida, sino que tiene beneficios tangibles sobre la salud. Estudios muestran que las personas que practican técnicas para mantener la calma, como la meditación o la atención plena (mindfulness), presentan menores niveles de cortisol, mejor sueño, y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Además, un cerebro en calma toma mejores decisiones. Cuando se reduce la hiperactividad de la amígdala (centro del miedo) se activa la corteza prefrontal, lo que favorece la toma de decisiones racionales, el autocontrol y la empatía.

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Guía para alcanzar la paz mental

Existen diversas formas de lograr la paz mental. Algunas de ellas son las siguientes:

  1. Estar presente: Es necesario dejar de vivir “en piloto automático”. Pensando todo el tiempo en el pasado o en las posibilidades futuras, no es posible vivir en el aquí y ahora. Practicar mindfulness y cultivar momentos de conciencia plena ayuda a calmar la mente, desde la presencia, para poder disfrutar de los instantes.
  2. Conexión interna: No podemos huir de nosotros mismos. La paz mental nace en la conexión interna, sin juicios, ni temores, sólo reconocimiento. Es importante saber que todas las emociones son funcionales, los pensamientos pasajeros y el cuerpo es el puente que permite sentir.
  3. Empatía como medio de paz mental: La empatía permite un mayor reconocimiento de las situaciones, sin buscar responsables, sino encontrando el propósito de solución y calma. Sin juicio ni con el resto, ni con uno mismo.
  1. Indiferencia positiva: Ante determinados hechos, no será posible cambiar, accionar o modificar, las mismas situaciones o las respuestas de otras personas; no por inutilidad o fracaso, sino porque es impensable tener el control de todo. Soltar, aceptar y responder en con ecuanimidad, permite una mejor gestión de situaciones frustrantes.
  2. Regular el cortisol: El estrés sostenido afecta el sistema inmunológico, el sueño y las emociones. Dormir bien, hacer ejercicio, evitar pantallas por la noche y rodearse de vínculos sanos ayudan a bajar el cortisol.
  3. Utilización del humor: Siempre y cuando se validen las emociones, la risa y el humor actúan como reguladores emocionales naturales que reducen el estrés, mejoran el estado de ánimo y fortalecen las relaciones.
  4. No buscar paz como meta: Para Parise, la paz mental es una consecuencia natural de vivir en coherencia, en lugar de una meta en sí misma. “Cuando se descubre la verdad propia, la mente se aquieta sola”.
  1. Evitar el secuestro emocional: Cuando el sistema límbico (emocional) domina, la objetividad se pierde. La respiración profunda facilita el acceso a respuestas más racionales que emocionales, por lo tanto, favorece una mayor regulación.
  2. Sentirse cómodo en la soledad: No se trata de estar solo, sino de apreciar esos momentos para desarrollar autoconocimiento y estabilidad emocional, sin depender de otros.
  3. Dejar de culpar al exterior: La paz mental comienza cuando uno deja de buscar culpables, tanto fuera de sí, como a uno mismo. Aceptar que se trata de hechos, que pueden convertirse en aprendizajes, facilita la superación de conflictos.
  4. Dejar de quejarse: La queja estanca. Personas que mantienen un pensamiento pesimista y quejumbroso, suelen sentirse mayormente infelices, no porque se sienta la infelicidad y eso conlleve a la queja, sino porque mientras más uno protesta, más se refuerza el bucle negativo.
  5. Eliminar pensamientos tóxicos: La forma en que interpretamos la realidad genera más estrés que los hechos en sí mismos. Reeducar la mente permite evitar caer en la negatividad y las interpretaciones absolutas.
  6. Gratitud: La gratitud conecta con la felicidad. Está demostrado que la frecuencia vibratoria de la gratitud, eleva los niveles energéticos que favorecen al bienestar, lo que per sé, da paso a la paz mental.

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Técnicas puntuales

Para lograr la paz mental, los siguientes ejercicios resultan de gran utilidad:

  1. Mindfulness o atención plena: Practicar mindfulness consiste en enfocar la atención en el momento presente, sin juzgar. Se ha demostrado que reduce significativamente la ansiedad y mejora la regulación emocional.
  2. Escritura terapéutica: Expresar pensamientos y emociones por escrito ayuda a procesar experiencias difíciles y disminuir el malestar emocional. Se recomienda especialmente en casos de estrés o confusión mental.
  3. Desconexión digital: Reducir el tiempo en redes sociales y dispositivos electrónicos disminuye la sobreestimulación mental, un factor que sabotea constantemente la tranquilidad mental.
  4. Relaciones sanas: Cuidar las relaciones es fundamental. Rodearse de “personas vitamina”, como sostiene Rojas, nutre el bienestar, fomenta la confianza y evita el desgaste emocional.
  5. Conexión con la naturaleza: Estudios indican que pasar tiempo en entornos naturales reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y fomenta una sensación de armonía interior.

Conclusiones

Alcanzar la paz mental no significa evitar el conflicto o negar las emociones negativas, sino aprender a habitarlas sin quedar atrapados en ellas. Es decir, no implica ser rehenes de las emociones, del pasado, de las situaciones difíciles ni de personas dañinas. Se trata de conseguir la paz mental con una transformación; cambiando la forma de pensar y ver la vida, con la oportunidad de vivir y disfrutar el presente.

Encontrar la paz y la tranquilidad mental se logra con práctica, constancia, compromiso y reencuentro, aceptando lo que no podemos controlar y gestionarlo desde la serenidad.

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Referencias

Martínez, M. (2024). Identidad y paz mental [PDF]. ResearchGate.

Melgosa, J. (2017). Preservando la salud mental. Apuntes Universitarios. Revista de Investigación, 7(2), 1‑6.

Rivero Guzmán, M. Á. (2022). La paz interior: el camino a la felicidad [PDF]. ResearchGate.

Rojas Estapé, M. (2021). Encuentra tu persona vitamina: Claves para mejorar tus relaciones y potenciar tu desarrollo emocional. Editorial Espasa.

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Frases como “Esto también pasará” o “Respiro, acepto y dejo ir” pueden servir como recordatorios de calma.
Son conceptos similares, aunque la tranquilidad mental puede entenderse como un resultado de mantener la paz interior en el día a día.
A través del autocuidado, la presencia, el manejo del estrés, y la aceptación consciente de la realidad.

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Juliana Urioste Sotomayor
Licenciada en psicología, con diplomado en psicología clínica y maestría en Psicoterapia con EMDR en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Matrícula Profesional U-10336407. Con experiencia en trastornos de estrés y trauma, esencialmente diagnóstico de Trastorno de Estrés Postraumático y disociación, así como experiencias adversas infantiles, desde el enfoque integrativo. Manejo de la intervención en población adulta e infanto-juvenil, a partir de una mirada integradora, encaminada al desarrollo de habilidades y comprensión interna. Actualmente incluida en el equipo de apoyo para la formación como facilitadora y supervisora del Entrenamiento Oficial de EMDR América Latina.
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