
El conflicto entre familias es sin duda alguna una realidad para muchos. Ya que conocemos a las familias como un lugar seguro, el refugio favorito de muchos donde solo existe comprensión, apoyo y amor incondicional. Al fin y al cabo, las familias, como uno de los vínculos más importantes de las personas, es evidente que es el sitio al que cualquiera se acercaría con la plena intención de refugiarse ante situaciones problemáticas, sin embargo y lamentablemente, esto es una utopía para muchos, puesto que para una gran cantidad de personas, éste lugar no es más que un espacio de tensión y dolores. El conflicto entre familias es una lamentable realidad que desestabiliza gracias a sus consecuencias, que, además, son invisibles.
¿Qué es un conflicto entre familias?
También llamado conflicto familiar, es una situación de problemáticas y desacuerdos que ocurren dentro del núcleo familiar. Con base en la teoría del conflicto, podemos entender el conflicto entre familias como una ruptura o dificultad en la comunicación, en roles, o incluso problemáticas igual de preocupantes pero más agresivas como discusiones o peleas. Está fuertemente marcado por el desacuerdo, en términos generales, y puede venir por situaciones internas de la familia, como de situaciones externas, ambas causando de igual modo conflictos entre familias y sus vínculos, que pueden ser:
- Entre padres e hijos;
- Entre hermanos;
- Entre más familiares, incluso aquellos vinculados no por sangre, sino por el lado político de la familia.
En términos sencillos: el conflicto entre familias se refiere a los desacuerdos que ocurren dentro del núcleo familiar, entre los vínculos formados.

¿Por qué ocurren los conflictos familiares?
Ocurre que de forma común, conocemos el conflicto entre familias más habituales: padres e hijos, y esto debido a la cantidad de conflictos que pueden nacer dentro de la propia crianza de los más jóvenes de casa. Ser padre no es fácil, y esta es una de las quejas principales de los padres en consulta, y totalmente comprensible ¡nadie tiene un manual de paternidad! por lo que no es de extrañar que sea una de las principales causas de los conflictos entre familias.
Más allá de ello, las principales causas de conflictos entre familias suelen ser externas, como:
- Comunicación: o mejor dicho, su enorme carencia en gran parte de los modelos familiares.
Es lamentable anunciar que en la actualidad, la comunicación entre familiares es escasa, por no decir nula, debido a la falta de compromiso en tener periodos de conversación genuina y asertiva entre los miembros, que pueden llevar a tener una comunicación disfuncional con gritos, evasión, ley del hielo, manipulación e inclusive familiares que activamente ignoran a sus congéneres.
- Manejo de límites: La mayoría de las familias NO respetan límites. Es una realidad fácilmente comprobable con solo preguntar a las personas que conocemos a nuestro alrededor.
En esta variable ocurren dos situaciones muy comunes: familiares que no saben cómo poner límites o que no pueden, por lo tanto se genera un conflicto por nunca tener esos límites en claro. Y por otro lado, el conflicto que existe al no respetarlos.
- Las expectativas: o, mejor llamadas “aquellas no cumplidas”, y éste suele ser presentado por la realidad de aquellos padres o familiares que tienen altas expectativas puestas en sus hijos, por lo tanto resultan en hijos presionados, quemados y estresados por cumplirlas. Del mismo modo puede pasar desde cualquier punto: expectativa de hijos hacia padres, de hermanos hacia sus propios hermanos, o de cualquier miembro de la unidad hacia otros.
Y, por otro lado, la percepción que puede generar en los jóvenes. Tomemos de ejemplo la situación en la que un joven cree fielmente que sus padres esperan grandes cosas de él, y él no se siente capaz de cumplir ese ideal, generando conflictos internos en la familia cuando el tema sale a colación. Sin embargo, la diferencia con la idea anterior es que, a la hora de ver la realidad de la expectativa de los padres, no existe ninguna expectativa. Es decir, solo es percepción.

- Trauma generacional: Tal cual su nombre lo indica, ocurre cuando se transmite a generaciones siguientes de la familia el resultado emocional de experiencias traumáticas, causando así una serie de patrones comportamentales dentro de la familia que, sin analizarlas, pueden parecer normales.
El asunto, sin embargo, llega en cuanto se internalizan y reflexionan, al descubrir que son comportamientos que generan constante conflicto entre familiares, afectando la propia salud mental y la relación entre los vínculos.
Un ejemplo perfecto de ésta situación puede ser observada en la película de Disney “turning Red”, ya que el conflicto familiar presentado en la película es un trauma generacional, que la joven Mei decide romper y así sanar al resto de las mujeres de su familia.
- Situaciones familiares jamás resueltas: muertes, enfermedades, o cualquier situación de gran peso emocional que decidió dejarse de lado y jamás hablar. Recordemos algo importante “la conducta evitativa solo arrastra conflicto”, por lo que no es de extrañar que arrastrar situaciones no resueltas puedan generar conflictos entre familiares.
Conflictos entre familiares, su verdadero peso psicológico
Una vez que el hogar deja de ser ese lugar seguro, ese refugio para aquellos que lo necesitan y en su lugar se transforma en un campo minado de guerra, nos enfrentamos a las consecuencias del conflicto entre familias: sus efectos silenciosos, ya que mayormente no se ven, pero se sienten en el mundo interno de las personas. Sus consecuencias son mayormente psicológicas, con un peso mental que afecta el bienestar de los miembros del núcleo familiar, afectando, principalmente, a la autoestima y la confianza en uno mismo.
Las consecuencias pueden ser distintas, como:
- Trastornos emocionales y psicológicos: como la ansiedad generalizada, la depresión crónica y sus variables.
- Miedo al abandono: una consecuencia que no es extraña cuando, los principales conflictos entre familias dentro del propio núcleo están basados en el abandono.
- Dificultades en la formación de vínculos y relaciones sanas: debido a no tener un ejemplo de esa percepción de ‘sano’, se vuelve complicado el desarrollar esos vínculos fuera de la familia.

¿Qué hacer cuando he crecido dentro de conflictos entre familias?
- Terapia individual, con el objetivo de trabajar en ti y en cómo los diversos conflictos familiares te han afectado de forma personal. El objetivo siempre será avanzar, principalmente tú, antes que enfocarnos en lo externo.
- Terapia familiar, para comprender las dinámicas y que el terapeuta pueda brindar una guía para la correcta interacción de todos los involucrados.
- Compromiso para formar una familia sana, se puede lograr sin el apoyo de terapia, sin embargo es necesario del compromiso absoluto, de ser conscientes que se debe dar el brazo a torcer, ser empáticos y poder entender y comprender todas las situaciones vividas.
- Aceptar aquello que sabemos no cambiará, para que las cosas funcionen debe haber intención de parte de todos, así que su ti, en tus grandes intentos por arreglar, mejorar y avanzar, ves que el resto de los miembros no ponen de su parte, lo ideal es entender que si ellos no desean cambiar, debes marcar el límite. Algunas familias no cambian, lamentablemente, aunque se desee con ahínco, y aceptarlo es doloroso, pero liberador.

Conclusión
Lamentablemente, el conflicto familiar es común, más de lo que uno puede creer. Muchas familias arrastran distintas heridas que jamás se han trabajado, y una de las situaciones más comunes vistas en terapia familiar es cómo la falta de comunicación es el principal problema a tratar, pero no el único. Es importante que como familias aprendamos a trabajar nuestros conflictos, a sanar nuestras heridas.
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Referencias bibliográficas