Maltrato psicológico entre hermanos adultos: cómo identificarlo y protegerte

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Las relaciones familiares son pilares fundamentales en nuestra vida, pero ¿Qué ocurre cuando se tornan dañinas? Se estima que hasta un 30% de los adultos experimenta algún tipo de conflicto severo con sus hermanos, y un porcentaje significativo de estos conflictos puede escalar a maltrato psicológico entre hermanos adultos. Este tipo de abuso, a menudo invisible y subestimado, puede dejar cicatrices profundas, impactando la salud mental y el bienestar emocional de quienes lo padecen. En Mente Sana, entendemos el dolor que estas dinámicas pueden generar. Si te sientes identificado con lo que leerás, recuerda que tu primera sesión es completamente gratuita. Te invitamos a iniciar tu proceso de sanación y crecimiento con nuestros profesionales. Estamos aquí para acompañarte.

Relación entre hermanos: Más allá de la rivalidad fraternal

La relación entre hermanos es una de las más duraderas y complejas que experimentamos. Desde la infancia, compartimos vivencias, juegos y, a veces, rivalidades. Sin embargo, estas dinámicas pueden evolucionar hacia patrones destructivos en la adultez, manifestándose como maltrato psicológico entre hermanos adultos. A diferencia de la rivalidad normal, el maltrato implica un patrón de comportamiento dañino que busca controlar, humillar o devaluar al otro. Es fundamental diferenciar la fricción ocasional de un abuso sistemático que socava la autoestima y la autonomía. Como señalan Bank y Kahn (1982), las relaciones fraternales son un laboratorio para el desarrollo social y emocional, pero también pueden ser fuente de intenso sufrimiento si se distorsionan.

Maltrato psicológico entre hermanos adultos: Definiendo el abuso silencioso

El maltrato psicológico entre hermanos adultos abarca un conjunto de comportamientos que buscan ejercer control, infligir daño emocional o manipular. Esto puede manifestarse a través de la crítica constante, la humillación pública o privada, la descalificación de logros, el sarcasmo hiriente, la invalidación de sentimientos, la manipulación emocional, el chantaje, la difusión de rumores o la indiferencia sistemática. Estos patrones, a menudo sutiles, erosionan la autoestima y la confianza de la víctima, generando ansiedad, depresión y aislamiento. Según la Asociación Americana de Psicología (APA, 2013), el abuso psicológico se caracteriza por un patrón de comportamiento coercitivo que busca disminuir la valía del otro. El maltrato psicológico entre hermanos adultos es un fenómeno que merece ser reconocido y abordado seriamente.

El impacto de las hermanas tóxicas y los hermanos tóxicos

Cuando hablamos de hermanas tóxicas o hermanos tóxicos, nos referimos a aquellos que mantienen una dinámica de maltrato psicológico entre hermanos adultos. Estas dinámicas pueden surgir de resentimientos no resueltos, envidias, patrones de interacción disfuncionales aprendidos en la familia de origen o incluso trastornos de personalidad. Una hermana tóxica podría, por ejemplo, intentar sabotear tus relaciones, minimizar tus éxitos, o usarte como fuente constante de apoyo emocional sin reciprocidad. El impacto de una hermana tóxica puede ser devastador, llevando a la víctima a cuestionar su propia percepción de la realidad y a sentirse constantemente inadecuada.

La infancia y la pregunta: ¿Por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos

Una de las raíces comunes del maltrato psicológico entre hermanos adultos a menudo se encuentra en la infancia, específicamente en la percepción de favoritismo parental. La pregunta «¿por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos?» es una constante en muchas terapias, revelando heridas profundas. La diferencia en el trato parental, ya sea real o percibida, puede sembrar semillas de resentimiento, envidia y competencia entre hermanos. Si un hijo siente que sus hermanos son los preferidos o que él es el «chivo expiatorio» o el «hijo problema», esto puede sentar las bases para dinámicas de abuso en la adultez. Como señalan Sulloway y Zweigenhaft (2010), la percepción del trato parental influye significativamente en la dinámica fraternal futura. Esta percepción de un trato desigual es un factor crucial en el desarrollo de una relación entre hermanos dañina, y contribuye al maltrato psicológico entre hermanos adultos.

El complejo entre hermana y hermanito en la adultez

Las dinámicas establecidas entre hermana y hermanito durante la infancia a menudo se perpetúan en la vida adulta. Si en la niñez, la hermana adoptó un rol de cuidadora excesiva, controladora o crítica, estas pautas pueden continuar, derivando en maltrato psicológico entre hermanos adultos. Un ejemplo común es cuando la hermana mayor asume un rol parental y ejerce control excesivo sobre el hermano menor, incluso en la adultez, descalificando sus decisiones y manipulándolo emocionalmente. Esto es un claro ejemplo de maltrato psicológico entre hermanos adultos. Este patrón es un ejemplo de cómo una hermana tóxica puede operar, impactando la autonomía y autoestima del hermano. La dinámica de hermana y hermanito puede volverse asfixiante si no se establecen límites saludables.

maltrato psicológico entre hermanos adultos
Maltrato psicológico entre hermanos adultos

Herramientas y soluciones

Reconocer que se está viviendo una situación de maltrato psicológico entre hermanos adultos es el primer paso. A partir de ahí, existen herramientas y estrategias que pueden ayudar a mitigar el daño y, en muchos casos, a sanar la relación entre hermanos o a establecer límites saludables si la sanación no es posible.

1. Establecimiento de límites claros

Una de las herramientas más importantes para enfrentar el maltrato psicológico entre hermanos adultos es el establecimiento de límites. Esto implica definir qué comportamientos son inaceptables y qué consecuencias tendrán si se traspasan. Por ejemplo, si una hermana tóxica te critica constantemente, puedes decir: «No permitiré que me hables de esa manera. Si continúas, daré por terminada la conversación.» Mantener estos límites con firmeza es crucial, aunque inicialmente genere resistencia. Este paso es fundamental para protegerte del maltrato psicológico entre hermanos adultos.

2. Comunicación asertiva

Aprender a comunicarse de manera asertiva es vital. La comunicación asertiva permite expresar tus necesidades, sentimientos y opiniones de forma clara y respetuosa, sin agredir ni ser agredido. Esto es particularmente desafiante en una relación entre hermanos marcada por el maltrato psicológico entre hermanos adultos, donde uno de los miembros puede intentar manipular o desestimar tus puntos de vista. Practicar frases como «Me siento triste/alegre/incómodo cuando tú haces/dices/cuentas» puede ser un buen comienzo.

3. Foco en el autocuidado y la autoestima

El maltrato psicológico entre hermanos adultos erosiona la autoestima. Es crucial invertir en tu bienestar emocional, físico y mental. Practicar el autocuidado significa priorizar tus necesidades, establecer rutinas saludables, buscar actividades que te generen placer y rodearte de personas que te apoyen. Fortalecer tu autoestima te hará menos vulnerable a la manipulación y la crítica destructiva de una hermana tóxica o un hermano tóxico. Si sigues preguntándote «por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos», es aún más importante reconstruir tu autoestima.

4. Buscar apoyo profesional

La terapia individual o familiar puede ser fundamental para abordar el maltrato psicológico entre hermanos adultos. Un terapeuta puede proporcionar un espacio seguro para explorar las dinámicas familiares, desarrollar estrategias de afrontamiento y procesar el impacto emocional del abuso. Si la relación entre hermanos es extremadamente disfuncional, la terapia puede ayudarte a decidir si necesitas mantener la distancia o incluso romper el contacto si es necesario para tu bienestar. La ayuda profesional es clave para superar el impacto del maltrato psicológico entre hermanos adultos.

5. Reflexionar sobre la pregunta: «¿Por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos

Si la diferencia en el trato parental es un factor subyacente en el maltrato psicológico entre hermanos adultos, explorarlo en terapia puede ser muy beneficioso. Entender cómo las dinámicas parentales influenciaron la relación entre hermanos puede ofrecer una nueva perspectiva y ayudar a romper el ciclo de abuso. La pregunta «por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos» puede ser un punto de partida importante para el proceso de sanación y para entender la dinámica con una hermana tóxica.

Ejemplos

  • Situación 1: Crítica constante.
    • Tu hermana te dice: «Nunca haces nada bien, siempre eres tan torpe.»
    • Respuesta asertiva: «No aprecio que me hables así. Mis errores son míos y no necesito que me los resaltes de esa manera.»
    • Límite: Si persiste, puedes decir: «Si sigues criticándome, voy a terminar esta conversación. No voy a tolerar esto»
  • Situación 2: Manipulación emocional.
    • Tu hermano te presiona para que le prestes dinero, apelando a tu culpa: «Si me quisieras, me ayudarías. Soy tu hermano y hermanito, y no me dejas solo.»
    • Respuesta asertiva: «Entiendo que necesitas ayuda, pero en este momento no puedo prestarte dinero. Mis finanzas no me lo permiten.»
    • Límite: «Mi decisión es final. No intentaré negociar este tema.» Este tipo de manipulación es maltrato psicológico entre hermanos adultos.
  • Situación 3: Invalidación de sentimientos.
    • Le compartes a tu hermana que te sientes triste y ella te responde: «Siempre dramatizas todo, no es para tanto.»
    • Respuesta asertiva: «Me siento enojado cuando invalidas mis sentimientos. Necesito que respetes lo que siento.»
    • Límite: «Si no puedes respetar mis emociones, entonces no puedo compartir cosas personales contigo.» Esto también puede surgir de una hermana tóxica que no reconoce tus emociones.

Conclusión

El maltrato psicológico entre hermanos adultos es una realidad dolorosa y compleja que, aunque a menudo silenciada, tiene un impacto significativo en la vida de quienes lo padecen. Reconocer las señales, entender las dinámicas subyacentes –como la influencia de las hermanas tóxicas o la pregunta «¿por qué mi madre me trata diferente a mis hermanos?»– y buscar apoyo son pasos cruciales para sanar y establecer relaciones más saludables. No tienes que soportar el maltrato psicológico entre hermanos adultos en silencio; existen recursos y estrategias para recuperar tu bienestar emocional y construir un futuro más pleno, incluso si eso implica reevaluar tu relación entre hermanos.

Referencias

American Psychological Association. (2013). Abuse. En APA Dictionary of Psychology.

Bank, S. P., & Kahn, M. D. (1982). The sibling bond. Basic Books.

Sulloway, F. J., & Zweigenhaft, R. L. (2010). Birth order and personality: A comprehensive review of the evidence. En Handbook of personality: Theory and research (3rd ed., pp. 307-352). Guilford Press.

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Deberías considerar cortar la relación cuando, a pesar de tus esfuerzos y la ayuda profesional, el maltrato psicológico entre hermanos adultos persiste y tu bienestar mental y emocional está gravemente comprometido. Es una decisión difícil, pero a veces necesaria para protegerte.
No, en absoluto. La forma en que tus padres te trataron no es tu culpa. Si bien puede haber influido en las dinámicas de tu relación entre hermanos, la responsabilidad del maltrato psicológico entre hermanos adultos recae en la persona que ejerce el abuso.
Puedes ofrecerle un espacio seguro para hablar, validar sus sentimientos, y sugerirle que busque apoyo profesional. Evita juzgar o intentar «arreglar» la situación por él, ya que el proceso de sanación es personal.
Depende. La reparación es posible si la hermana tóxica está dispuesta a reconocer su comportamiento, asumir responsabilidad y trabajar en cambiarlo. Si no hay voluntad de cambio, la mejor opción puede ser establecer límites estrictos o distanciarse.
Sí, puede ser igual de grave. Aunque las dinámicas son diferentes, el impacto emocional, la erosión de la autoestima y las secuelas psicológicas pueden ser igualmente devastadoras.

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Paula Sosa
Psicóloga con experiencia en entornos clínicos y organizacionales, mi enfoque principal es la terapia cognitivo-conductual. Entiendo profundamente tanto la terapia cognitiva como la conductual, pero encuentro que la integración de ambas ofrece los mejores resultados para mis consultantes.
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