La crianza es, sin duda, una de las tareas más desafiantes y gratificantes que se emprende en la vida. Va mucho más allá de satisfacer las necesidades básicas de los hijos; implica un compromiso profundo con su desarrollo físico, emocional, social y cognitivo. Es un proceso dinámico y en constante evolución, donde cada día trae consigo nuevas lecciones, tanto para los niños como para los padres.
En este artículo se abordarán algunos pilares fundamentales para el establecimiento de una crianza sana, basada en la inclusión de los padres como entes precursores del crecimiento óptimo de los niños, tomando en cuenta su responsabilidad durante los primeros años de vida.

¿Qué es la Crianza?
La crianza se refiere al proceso de cuidado, educación y orientación que los cuidadores (padres, tutores u otras personas) proporcionan a los niños durante su infancia para promover su desarrollo físico, emocional, social e intelectual. La crianza incluye la transmisión de valores, normas sociales, habilidades prácticas y conocimientos que ayudan a los niños a convertirse en personas autónomas, responsables y competentes. La crianza también incluye el establecimiento de límites, el desarrollo de la autonomía, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la creación de un entorno seguro para el crecimiento y desarrollo del niño.
Crianza y Límites desde el Amor
Uno de los pilares fundamentales de una crianza sana es el establecimiento de límites claros y consistentes. Lejos de ser restrictivos, los límites ofrecen seguridad y estructura a los niños. Les enseñan qué esperar, les ayudan a desarrollar el autocontrol y les preparan para enfrentar las reglas y normas del mundo exterior. Sin embargo, la clave no solo reside en establecerlos, sino en hacerlo con amor, comprensión y empatía. Explicar el «por qué» detrás de una regla, expresarse de forma clara, evitando los juicios, escuchar sus sentimientos (incluso si no estás de acuerdo con ellos) y ofrecer opciones dentro de lo posible, fomentar un ambiente de respeto mutuo y colaboración.
Es importante recordar que los límites deben ser apropiados para la edad y el desarrollo del niño. Lo que funciona para un niño de dos años no será efectivo para un adolescente. La flexibilidad y la adaptación son esenciales, así como la disposición a revisar y ajustar las reglas a medida que los hijos crecen y sus necesidades cambian. Algunos ejemplos de los límites que los padres pueden establecer son:
- No tolerar un lenguaje o comportamientos dañinos hacia nadie en el hogar
- Establecer normas sobre el uso de las pantallas o la tecnología
- Poner expectativas reales sobre las tareas o las responsabilidades de la casa
- Crear límites sobre el afecto físico o el espacio personal

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Crianza, Autonomía y Resiliencia
Una crianza orientada al crecimiento busca empoderar a los niños, no solo protegerlos. Esto significa fomentar su autonomía desde temprana edad, permitiéndoles tomar decisiones apropiadas para su edad y enfrentar las consecuencias naturales de sus elecciones (siempre y cuando sean seguras). Por ejemplo, dejar que un niño elija su ropa, ayude en tareas domésticas simples o resuelva pequeños conflictos con sus pares, son oportunidades valiosas para que desarrollen habilidades de resolución de problemas, independencia y confianza en sí mismos.
Por otra parte, hay que esforzarse por evitar la sobreprotección, ya que, si cuidamos en exceso cada paso que da el niño, este no se sentirá seguro, y con frecuencia buscará la aprobación y validación de sus figuras de apoyo antes de ejecutar una acción.

La crianza también implica enseñar resiliencia. La vida está llena de desafíos y decepciones, y los niños necesitan desarrollar las herramientas emocionales para afrontarlos. En lugar de rescatarlos de cada tropiezo, se pueden guiar para que encuentren sus propias soluciones, ayudándoles a procesar sus emociones y asegurándoles que está bien cometer errores, además de propiciar la tolerancia a la frustración. Al permitirles experimentar el fracaso en un entorno seguro, se les estará equipando para perseverar y aprender de sus experiencias.
La Comunicación y su importancia en la Crianza
La comunicación efectiva es el pegamento que une a la familia en el proceso de crianza. Esto va más allá de dar instrucciones; implica escuchar activamente, validar los sentimientos de los hijos y crear un espacio donde se sientan seguros para expresarse libremente, sin temor a ser juzgados. Preguntar sobre su día, prestar atención a sus preocupaciones (por pequeñas que parezcan) y compartir las propias experiencias y sentimientos, fortalece el vínculo y construye una relación de confianza.
En la era digital, es aún más crucial desconectarse de las pantallas y conectarse genuinamente con los hijos. El tiempo de calidad, ya sea a través de juegos, lecturas o simplemente conversando durante una comida, nutre la relación y sienta las bases para una comunicación abierta a medida que crece.
El Rol de los Padres
En última instancia, la crianza se trata de ser un puerto seguro para los hijos. Un lugar donde siempre puedan regresar para recibir amor incondicional, apoyo y orientación. No se trata de ser perfectos, sino de ser lo suficientemente buenos, presentes y dispuestos a aprender de los propios errores, recordando que cada una de las acciones ejecutadas con los hijos están cargadas de patrones familiares, creencias derivadas de las propias experiencias de la infancia. Al final del día, lo que más importa no es qué tan perfectos son, sino cuánto amor y respeto están sembrando en el corazón de sus hijos.
La crianza es un viaje continuo de aprendizaje, adaptación y amor. Al abrazar sus desafíos y celebrar sus alegrías, están construyendo no solo el futuro de sus hijos, sino también el de una sociedad.

«Un padre es alguien que te apoya incondicionalmente, incluso cuando te equivocas.»
Conclusión
La crianza es una acción compleja, se trata de preservar la vida de los hijos desde la etapa más vulnerable «niñez» hasta la adultez joven. La crianza implica desafíos, no existe un manual que enseñe los pasos a seguir para ser unos padres ejemplares, sin embargo, lo importante es entender que pueden existir errores, equivocaciones, siendo parte del proceso de criar. Cada niño es diferente, no obstante, manteniendo los pilares basados en el establecimiento de límites claros y amorosos, desarrollando la autonomía y resiliencia, comunicándose de forma efectiva estarán más cerca de una crianza sana.
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Referencias
clubfamilias.com/es/importancia-autonomia-infantil-fomentarla