Deseo sexual en la menopausia

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La menopausia es una etapa transformadora en la vida de toda mujer, marcada por una serie de cambios hormonales y físicos que impactan directamente en su bienestar general. Sin embargo, uno de los aspectos que a menudo se aborda con menor frecuencia, o incluso con cierto tabú, es cómo esta transición afecta el deseo sexual. Lejos de ser un tema menor, la sexualidad juega un papel fundamental en la calidad de vida y la autoimagen de muchas mujeres. Este artículo busca explorar los factores que influyen en la libido y que afectan el deseo sexual en la menopausia, explorando desde las variaciones hormonales hasta los aspectos psicológicos y sociales. Al entender mejor estos desafíos, podemos abrir la puerta a conversaciones más honestas y a la búsqueda de soluciones que permitan a las mujeres vivir una sexualidad plena.

Deseo sexual en la menopausia

¿Qué es el deseo sexual?

El deseo sexual o la libido es una fuerza motivadora que impulsa a las personas a buscar y participar en interacciones sexuales. Está profundamente ligada a aspectos psicológicos, influyendo directamente en los pensamientos, emociones y en la manera en que se perciben las relaciones interpersonales. Sus fundamentos son multifactoriales, pues no solo responden a una base biológica y hormonal, sino que también están moldeados por factores sociales, culturales e incluso educativos.

El deseo sexual se alimenta de estímulos internos, como fantasías o recuerdos, y externos, como la atracción hacia otra persona, el ambiente o ciertas conductas de seducción. Además, el contexto emocional, el nivel de estrés, la calidad de la relación de pareja y la autoestima desempeñan un papel crucial en su intensidad y frecuencia. Así, la libido no es estática ni universal; varía según la etapa de vida, el estado de salud y las experiencias previas, haciendo del deseo sexual un fenómeno complejo, dinámico y profundamente humano.

¿Qué es la menopausia?

La menopausia marca una fase natural en la vida de la mujer, caracterizada por el cese definitivo de la menstruación y, consecuentemente, de la capacidad reproductiva. No se trata de una enfermedad, sino de un proceso biológico inherente al envejecimiento femenino. El período que precede a este cambio se conoce como perimenopausia o transición menopáusica.

En Mente Sana, entendemos que la sexualidad femenina es la crucial para una vida llena de bienestar; por eso, te invitamos a explorar cómo empezar una sexualidad plena y satisfactoria en esta etapa nueva de vida.

¿Cómo es el deseo sexual en la menopausia?

La menopausia trae consigo una serie de cambios hormonales, principalmente la disminución de los niveles de estrógeno y, en menor medida, de testosterona, que impactan directamente en el deseo sexual de las mujeres. Sin embargo, es importante destacar que la experiencia no es universal; algunas mujeres notan una disminución significativa, mientras que otras no experimentan cambios importantes o incluso reportan una mejora en su vida sexual.

Deseo sexual en la menopausia

Cambios físicos y emocionales

Los cambios físicos son quizás los más directamente relacionados con la disminución de la libido en la menopausia:

  • Sequedad vaginal y atrofia vaginal: La disminución de estrógenos causa que los tejidos de la vagina se vuelvan más delgados, secos y menos elásticos. Esto puede provocar dolor o incomodidad durante las relaciones sexuales (dispareunia), lo que naturalmente reduce el deseo de tenerlas.
  • Menor lubricación: La capacidad de lubricación natural disminuye, haciendo que la excitación sea más lenta y menos intensa.
  • Disminución de la sensibilidad: Algunas mujeres pueden experimentar una menor sensibilidad en el clítoris y otras zonas erógenas, lo que dificulta alcanzar el orgasmo.
  • Sofocos y sudores nocturnos: Estos síntomas pueden perturbar el sueño, causando fatiga y cansancio, lo que a su vez afecta la energía y el interés en la actividad sexual.

Factores psicológicos y emocionales

Más allá de los cambios físicos, el aspecto psicológico y emocional juega un papel crucial:

  • Cambios de humor e irritabilidad: Las fluctuaciones hormonales pueden provocar cambios de humor, ansiedad y mayor irritabilidad, lo que puede afectar la conexión íntima con la pareja.
  • Imagen corporal y autoestima: Los cambios en el cuerpo, como el aumento de peso o la redistribución de la grasa, pueden impactar la imagen corporal y la autoestima de la mujer, influyendo en cómo se percibe a sí misma sexualmente.
  • Estrés y fatiga: El estrés de la vida diaria, sumado a la fatiga por los síntomas menopáusicos, puede disminuir considerablemente el deseo sexual.
  • Percepción de la sexualidad: Para algunas mujeres, la menopausia puede estar asociada a una percepción de envejecimiento o al final de la vida reproductiva, lo que puede llevar a una reevaluación de su propia sexualidad.

Factores relacionales y estilo de vida de la disminución del deseo sexual en la menopausia

La calidad de la relación de pareja y el estilo de vida también son determinantes:

  • Comunicación con la pareja: La falta de comunicación abierta sobre los cambios y las necesidades sexuales puede generar frustración y distancia en la relación.
  • Disfunción eréctil de la pareja: En ocasiones, la disfunción eréctil en la pareja masculina puede influir en el deseo sexual de la mujer.
  • Problemas de salud crónicos: Enfermedades como la diabetes, enfermedades cardíacas o el uso de ciertos medicamentos (como algunos antidepresivos) pueden afectar la libido.
  • Hábitos de vida: El consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo o la falta de ejercicio pueden impactar negativamente en el deseo sexual.

Deseo sexual en la menopausia

¿Cómo mejorar el deseo sexual en la menopausia?

Mejorar el deseo sexual en la menopausia es posible, y a menudo implica un enfoque multifacético que aborda tanto los aspectos físicos como los emocionales y relacionales. Aquí te dejamos algunas estrategias:

Para la sequedad vaginal:

  • Lubricantes a base de agua o silicona: Úsalos antes y durante la actividad sexual. Son fáciles de encontrar en farmacias o supermercados. Ejemplo: «Podrías probar un lubricante a base de silicona; muchas mujeres lo encuentran más duradero.»
  • Hidratantes vaginales: Son de uso regular, no solo durante el sexo, y ayudan a restaurar la humedad. Ejemplo: «Aplicar un hidratante vaginal un par de veces a la semana puede hacer una gran diferencia en la sequedad general.»
  • Estrógenos vaginales de baja dosis: Si los productos sin receta no son suficientes, tu médico podría recetarte cremas, óvulos o anillos vaginales con estrógenos. Estos actúan localmente y tienen mínimos efectos sistémicos. Ejemplo: «Tu ginecólogo podría sugerirte una crema de estrógenos de baja dosis para aliviar la sequedad persistente.»

Comunicación abierta con tu pareja:

  • Hablar sobre lo que sientes y los cambios que experimentas es fundamental. La intimidad no solo es física. Ejemplo: «Intenta decirle a tu pareja cómo te sientes y qué te gustaría probar. A veces, solo hablar de ello fortalece la conexión.»
  • Explorar nuevas formas de intimidad y placer juntos. Ejemplo: «Pueden descubrir que el sexo se vuelve más placentero si exploran otras formas de tocarse o si se toman más tiempo para el juego previo.»

Cuidar tu bienestar general:

  • Ejercicio regular: Mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y aumenta la energía. Ejemplo: «Una caminata diaria de 30 minutos puede hacerte sentir con más energía y ganas de intimar.»
  • Alimentación saludable y buen sueño: Un cuerpo y una mente bien nutridos tienen más energía y disposición. Ejemplo: «Asegurarte de dormir lo suficiente y comer bien puede impactar directamente en tu energía y tu libido.»
  • Manejo del estrés: Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga. Ejemplo: «Dedicar 15 minutos al día a la meditación puede reducir el estrés que a veces apaga el deseo.»

Redescubrir tu cuerpo:

  • La autoexploración puede ayudarte a entender qué te sigue dando placer y cómo ha cambiado tu cuerpo. Ejemplo: «Tómate un tiempo para ti misma y explora lo que te sienta bien ahora. Tu cuerpo puede haber cambiado, pero el placer sigue ahí.»

No dejes que los cambios de la menopausia definan tu vida sexual. Si sientes que el deseo sexual es una preocupación persistente o que afecta tu bienestar emocional y tu relación de pareja, es momento de buscar ayuda profesional. Agenda una consulta con un psicólogo o un terapeuta sexual. Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Por ello también te recomendamos leer “Entender el acompañamiento psicológico desde uno de sus enfoques: la terapia cognitivo conductual”.

Conclusión

En resumen, la menopausia es una etapa natural y multifacética que, si bien puede traer consigo desafíos en el deseo sexual, no tiene por qué significar el fin de una vida íntima plena. Los cambios hormonales, como la disminución de estrógenos, pueden generar síntomas físicos como la sequedad vaginal y la dispareunia, impactando directamente la libido.

Sin embargo, factores psicológicos como la autoestima, el estrés y la imagen corporal, así como la comunicación con la pareja, juegan un papel igualmente crucial. El deseo sexual en la menopausia no tiene por qué ser una preocupación extra en tu vida en Mente Sana estamos aquí para guiarte y acompañarte en la selección del mejor especialista, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

María Belmonte (2021), El deseo sexual: qué es, cómo nos afecta y formas de mejorarlo.

MayoClinic (2024), Poco deseo sexual en mujeres.

NIH (2024), Qué es la menopausia.

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No, las hormonas juegan un papel importante, pero no son el único factor. También influyen aspectos psicológicos (estrés, ansiedad, imagen corporal), emocionales (cambios de humor, relación con la pareja) y físicos (dolor durante el sexo, fatiga, problemas de salud). Es una interacción compleja de múltiples factores.
Existen diversas opciones, dependiendo de la causa de la disminución. Además de los tratamientos para la sequedad vaginal, en algunos casos se puede considerar la terapia hormonal sustitutiva (THS) o la suplementación con testosterona bajo estricta supervisión médica. Sin embargo, a menudo las soluciones más efectivas implican abordar los aspectos físicos, emocionales y relacionales de manera integral, a veces con el apoyo de un profesional.
Si la disminución del deseo sexual te causa malestar significativo, afecta tu relación de pareja o tu bienestar emocional, es un buen momento para buscar ayuda. Un médico, ginecólogo o terapeuta sexual puede ofrecerte un diagnóstico preciso y un plan de acción personalizado.

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Ronysmar Rodriguez
Licenciada en Psicología clínico, con experiencia en trastornos psicoafectivos, ansiedad y terapia de pareja. Enfoque en terapia cognitivo-conductual. FPV Nro: 10.247, con mas de 9 años de experiencia. Mis habilidades van arraigadas en principios y valores positivos, contando con resolución de problemas, comunicación asertiva, compromiso y responsabilidad en tareas y metas, discernimiento e intuición con sentimientos y emociones permitiendo así trasformar e impactar de manera positiva en la vida de mis pacientes.
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