La herida de abandono: Un viaje hacia la sanación y la autonomía

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La herida de abandono es una de las heridas emocionales más profundas y prevalentes, afectando a un porcentaje significativo de la población, con estudios sugiriendo que más del 20% de los adultos experimentan patrones asociados a ella. Esta herida, nacida en la infancia, impacta profundamente nuestras relaciones y bienestar, y es crucial entender cómo sanar la herida de abandono. ¡Inicia tu camino hacia el bienestar emocional con Mente Sana! Tu primera sesión es completamente gratuita, una oportunidad perfecta para conocer a nuestros profesionales y empezar a construir una vida plena. No esperes más para darle a tu mente el cuidado que se merece.

Comprendiendo la herida de abandono

La herida de abandono se origina en la percepción de falta de apoyo, cuidado o presencia por parte de figuras significativas durante la niñez. No siempre implica un abandono físico; puede manifestarse como negligencia emocional, promesas incumplidas o una atención inconsistente (Bowlby, 1969). Esta percepción de abandono genera un profundo miedo a la soledad y a ser dejado de lado, forjando patrones de comportamiento que buscan evitar la repetición de esa experiencia dolorosa.

Un ejemplo común de la herida de abandono se observa en personas que desarrollan una necesidad excesiva de complacer a los demás para evitar el rechazo. Temen que, si no son «perfectos» o «útiles», serán abandonados (Lise Bourbeau, 2005). Otro caso es el de individuos que, por su herida de abandono, prefieren evitar el compromiso en relaciones sentimentales, para no exponerse a la posibilidad de ser abandonados.

La herida del abandono y su máscara: El dependiente

Según Lise Bourbeau (2005), cada herida emocional desarrolla una «máscara» o un rol que la persona adopta para protegerse del dolor. En el caso de la herida de abandono, la máscara asociada es la del dependiente. Esta persona busca constantemente el apoyo y la validación de los demás, sintiéndose incapaz de valerse por sí misma. El dependiente, impulsado por su herida de abandono, a menudo se aferra a las relaciones, incluso si son disfuncionales, por el pánico a la soledad.

La herida del abandono y su mascara se manifiesta en comportamientos como la victimización, la búsqueda constante de atención y la dificultad para tomar decisiones por sí mismos. El dependiente, al no haber desarrollado una autonomía emocional sólida, proyecta en los demás la responsabilidad de su bienestar (Bourbeau, 2005). La herida de abandono impulsa esta búsqueda incesante de un «salvador».

Cómo sanar la herida de abandono: Estrategias y herramientas

Sanar la herida de abandono es un proceso que requiere autoconciencia, compasión y un compromiso activo con el crecimiento personal. No existe una solución mágica, sino un conjunto de herramientas y enfoques que, aplicados de manera consistente, pueden transformar la experiencia de vida de quienes la padecen. Es un camino hacia la autonomía y la seguridad emocional.

Autoconocimiento y aceptación

El primer paso para cómo sanar la herida de abandono es reconocer su existencia y comprender cómo ha influido en tu vida. Esto implica explorar las experiencias pasadas que pudieron haberla originado y observar los patrones de comportamiento actuales (Siegel, 2012). Pregúntate: ¿Cuándo me siento más vulnerable al abandono? ¿Qué situaciones desencadenan mi miedo?

  • Diario emocional: Llevar un diario puede ayudarte a identificar los momentos en que la herida de abandono se activa y las emociones que la acompañan. Registra tus pensamientos, sentimientos y reacciones.
  • Mindfulness: Practicar la atención plena te permite observar tus emociones sin juzgarlas, lo que es esencial para desidentificarte de la herida de abandono y su dolor.

Desarrollo de la autoestima y la autosuficiencia

Una de las consecuencias más debilitantes de la herida de abandono es la baja autoestima y la creencia de que uno no es suficiente. Trabajar en fortalecer el valor propio es crucial.

  • Afirmaciones positivas: Repite frases que refuercen tu valía y capacidad, como «Soy digno/a de amor y respeto» o «Soy capaz de manejar mis emociones y tomar mis propias decisiones».
  • Establecimiento de límites: Aprender a decir «no» y establecer límites saludables en tus relaciones es un acto de autocuidado que fortalece tu autonomía y contrarresta la tendencia a complacer, típica de la herida de abandono y su mascara.
  • Actividades independientes: Dedica tiempo a actividades que disfrutes por ti mismo, sin depender de la compañía de otros. Esto te ayuda a construir una relación más sólida contigo mismo y a mitigar el miedo a la soledad que alimenta la herida de abandono.

Resignificación de experiencias pasadas

La terapia psicológica es fundamental en este proceso, especialmente las terapias que abordan el trauma y las heridas infantiles. La herida de abandono a menudo requiere un acompañamiento profesional.

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales asociados a la herida de abandono. Trabaja en creencias como «no soy lo suficientemente bueno» o «siempre me dejarán» (Beck, 1995).
  • Terapia de esquemas: Este enfoque es particularmente útil para abordar las heridas emocionales profundas, como la herida de abandono, ya que se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento arraigados desde la infancia (Young et al., 2000). Permite resignificar las experiencias que crearon la herida de abandono.
  • EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): Es una terapia efectiva para reprocesar recuerdos traumáticos que pueden estar en la raíz de la herida de abandono, ayudando a disminuir la carga emocional asociada a ellos (Shapiro, 2001).

Construcción de relaciones saludables

Sanar la herida de abandono también implica aprender a establecer y mantener relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo, no en la dependencia o el miedo.

  • Comunicación asertiva: Expresar tus necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa es vital para construir relaciones equitativas y evitar la victimización. La herida de abandono a menudo dificulta esta comunicación.
  • Identificación de patrones de apego: Comprender tu estilo de apego (seguro, ansioso, evitativo) te brinda información valiosa sobre cómo interactúas en tus relaciones y cómo la herida de abandono puede estar influyendo (Ainsworth et al., 1978).

Ejemplos prácticos de sanación de la herida de abandono

Imaginemos a Ana, quien siempre ha sentido una profunda herida de abandono. En el pasado, se aferraba a parejas que no la valoraban, por miedo a quedarse sola. Empezó a trabajar en cómo sanar la herida de abandono con terapia. A través de la terapia de esquemas, identificó que su máscara de dependiente la llevaba a buscar aprobación constante. Aprendió a establecer límites y a pasar tiempo a solas, descubriendo que la soledad no era un enemigo, sino una oportunidad para el autoconocimiento. Este proceso le permitió comprender la herida del abandono y su mascara a un nivel profundo.

Otro ejemplo es el de Carlos, cuya herida de abandono se manifestaba en una dificultad para confiar en los demás. Siempre esperaba ser traicionado. Con ayuda de un psicólogo, comenzó a desafiar sus creencias limitantes y a practicar la vulnerabilidad controlada en sus relaciones. Se dio cuenta de que no todas las personas lo abandonarían y que era capaz de gestionar la frustración y el dolor si eso sucediera. Poco a poco, la herida de abandono dejó de dominar sus interacciones.

La importancia de la paciencia y la compasión

El proceso de cómo sanar la herida de abandono no es lineal y puede tener altibajos. Habrá momentos de frustración o recaída. Es crucial ser paciente y compasivo contigo mismo. Reconoce que estás trabajando en patrones arraigados de muchos años y que cada pequeño paso es un avance significativo. La herida de abandono no se cura de la noche a la mañana.

Buscar el apoyo de profesionales de la salud mental es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu bienestar. Un psicólogo puede proporcionarte las herramientas, la orientación y el espacio seguro para explorar tu herida de abandono y guiarte en el camino de la sanación. Recuerda que no tienes que enfrentar la herida de abandono solo.

Conclusión

La herida de abandono es una cicatriz emocional profunda que puede moldear nuestra vida de maneras sutiles y no tan sutiles. Sin embargo, comprender su origen, reconocer la herida del abandono y su mascara asociada, y aplicar estrategias efectivas para cómo sanar la herida de abandono es un camino transformador hacia la autonomía, la autoestima y la construcción de relaciones más saludables. Es un viaje de autodescubrimiento y sanación, donde cada paso te acerca a una vida plena y libre del miedo a la soledad. La herida de abandono puede ser una oportunidad para crecer.

Referencias

Ainsworth, M. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Lawrence Erlbaum Associates.

Beck, A. T. (1995). Cognitive therapy and the emotional disorders. Penguin.

Bourbeau, L. (2005). Las cinco heridas que impiden ser uno mismo. Obelisco.

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment. Attachment and Loss. New York: Basic Books.

Shapiro, F. (2001). Eye Movement Desensitization and Reprocessing (EMDR): Basic principles, protocols, and procedures (2nd ed.). Guilford Press.

Siegel, D. J. (2012). Mindsight: The new science of personal transformation. Bantam Books.

Young, J. E., Klosko, J. S., & Weishaar, M. E. (2000). Schema therapy: A practitioner’s guide. Guilford Press.

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No, la herida de abandono no solo se produce por el abandono físico. También puede originarse por negligencia emocional, falta de atención constante, críticas excesivas o la sensación de no ser visto o escuchado por las figuras de apego.
Aunque la herida de abandono afecta a ambos géneros, puede haber diferencias en cómo se manifiesta. Culturalmente, los hombres pueden tender a reprimir más sus emociones y buscar validación a través del éxito o el control, mientras que las mujeres pueden expresar más la dependencia emocional.
Sí, la herida de abandono puede impactar tu vida profesional. Puede manifestarse en miedo al fracaso (para evitar ser «despedido» o abandonado de un proyecto), dificultad para trabajar en equipo, miedo a tomar riesgos o la necesidad constante de aprobación de superiores.
A menudo, las personas con herida de abandono pueden internalizar la culpa, creyendo que el abandono fue por su «culpa» o que no fueron «suficientes». Esta culpa puede dificultar la sanación y perpetuar el ciclo de baja autoestima.
Es el momento adecuado para buscar ayuda profesional cuando sientes que la herida de abandono está afectando significativamente tu calidad de vida, tus relaciones, tu bienestar emocional o tu capacidad para funcionar en el día a día. No hay un «punto crítico», si te sientes abrumado, es un buen momento.

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Paula Sosa
Psicóloga con experiencia en entornos clínicos y organizacionales, mi enfoque principal es la terapia cognitivo-conductual. Entiendo profundamente tanto la terapia cognitiva como la conductual, pero encuentro que la integración de ambas ofrece los mejores resultados para mis consultantes.
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