¿Qué es la vanidad? Virtud o vicio

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A primera vista, la vanidad podría parecer un simple afán por la apariencia, un deseo superficial de ser admirado. Sin embargo, ¿Es la vanidad inherentemente un vicio que nos aleja de lo esencial, o posee matices que la acercan, en ciertos contextos, a una peculiar virtud? Este artículo explorará qué es la vanidad, desentrañando su compleja naturaleza para comprender si es una fuerza que impulsa el orgullo desmedido o un motor sutil de autoafirmación y mejora personal.

¿Qué es la vanidad?

Según la Real Academia Española, es un sinónimo de arrogancia, presunción (ser presumido) y envanecimiento (de envanecerse), al mismo tiempo que una “cualidad de vano” o “vana representación, ilusión o ficción de la fantasía”. Estos dos últimos sentidos se hallan más emparentados con el origen de la palabra vanidad, que se remonta a la voz en latín vanitas (“fraude”, “apariencia engañosa”) derivada de vanus (“hueco”, “vacío” o “vano”).

Igualmente, el filósofo griego Aristóteles (385 – 323 a. C.) calificaba a los vanidosos de necios e ignorantes, que “se adornan con ropas, aderezos y cosas semejantes, y desean que su buena fortuna sea conocida de todos, y hablan de ella creyendo que serán honrados” en su Ética nicomaquea.

Qué es la vanidad

¿Qué es una persona vanidosa?

Preguntándonos qué es la vanidad puedes observar que es un rasgo humano complejo y que a menudo se asocia con lo negativo, aunque tiene muchas formas de manifestarse en la vida cotidiana, aquí trataremos de ilustrar con diversos ejemplos los diferentes aspectos de la vanidad:

El influencer o modelo: este dedica horas a perfeccionar su imagen para redes sociales, desde dedicar tiempo excesivo en el gimnasio, con dietas estrictas, tratamientos estéticos y sesiones de foros, todo con el objetivo de proyectar una imagen perfecta y recibir validación a través de likes y comentarios. Es común que su felicidad o autoestima depende directamente de la aprobación externa de su aspecto.

La persona que no sale sin maquillaje o vestuario de marca: sienten la necesidad constante de lucir su mejor versión en todo momento, creyendo que su valor personal está ligado a cómo se ven. Podrían sentirse incomodos o ansiosos si no están “presentables”.

La persona que siempre busca ser el centro de atención: esto puede ser a nivel laboral o social, constantemente busca interrumpir, se atribuye méritos ajenos o exagera sus propios logros para ser reconocido.

La falsa modestia o humildad disimulada: alguien que minimiza un logro grande “Oh no fue nada, cualquiera podría haberlo hecho”, solo para que los demás lo contradigan y lo elogien más; es una forma sutil de buscar el halago.

El estudiante que se queja de haber sacado mala nota: “saque un 9.5 ¡qué desastre! Cuando es una calificación excelente, busca que los demás lo consuelen o lo admiren por su supuesto “fracaso”.

Con estos ejemplos queremos recordarte la importancia de saber qué es la vanidad en diferentes contextos, en sí misma, no es siempre blanco y negro. Un cierto grado de preocupación por el aspecto personal o el deseo de ser reconocido por el propio trabajo puede ser saludable y motivador. Sin embargo, cuando se convierte en una obsesión o en la base principal de la autoestima, opacando otros valores como la empatía o la humildad, es cuando se transforma en un rasgo problemático.  

¿Qué es la vanidad y cuando puede ser una virtud o un vicio?

La vanidad es una cualidad peculiar porque no es inherentemente buena o mala, su naturaleza de virtud o vicio depende en gran medida de su intensidad, motivación y las consecuencias que genera.

Cuando la vanidad puede ser una virtud

En ciertos contextos y en un grado moderado esto puede ser un motor positivo, como, por ejemplo, un estímulo para el cuidado personal y la salud, lo que puede traducirse en hábitos saludables como hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada y cuidar la higiene personal. Esto contribuye a su bienestar general y a una mayor confianza en sí mismo.

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Por otro lado, puede ser motivación para el éxito y la superación, el deseo de ser reconocido o de destacar puede impulsar a alguien a esforzarse más en su trabajo, estudios o en el desarrollo de sus talentos.

También, fomento de la creatividad y la autoexpresión, en campos como el arte, la moda o la interpretación, la vanidad puede ser el impulso para crear, innovar y mostrar al mundo una parte de la propia identidad.

Cuando la vanidad puede ser un vicio

En otros contextos cuando excede ciertos límites, sus efectos pueden ser perjudiciales. Por ejemplo, la obsesión por la aprobación externa, cuando la valía personal se mide exclusivamente por la admiración o los elogios de los demás, la vanidad se torna una trampa, ya que se vive en función de la validación ajena lo que la hace frágil e insegura.

Qué es la vanidad

Una vanidad desmedida puede generar arrogancia y menosprecio hacia los demás, llevando a la soberbia. Esto se manifiesta en actitudes de desprecio, en no escuchar a los demás, en atribuirse méritos ajenos y en la dificultad para reconocer errores o aceptar críticas.

El vanidoso, al buscar ser el mejor, puede caer en una competencia destructiva y envidia, por los logros ajenos y buscando constantemente compararse para sentirse superior, lo que afecta negativamente sus relaciones y su paz interior.

Si consideras que no lograr encontrar el equilibrio entre una chispa de vanidad que se convierte en una virtud y un fuego descontrolado que te consume la autenticidad y el respeto por los demás afectado tus relaciones y bienestar, es fundamental que busques la ayuda que necesitas no estás solo en este proceso.

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Conclusión

En definitiva, qué es la vanidad, no es un concepto estático, sino una fuerza dinámica cuya manifestación como virtud o vicio depende enteramente de la intención que la impulsa y el impacto que genera. Cuando la vanidad nos motiva a cuidar de nosotros mismos, a buscar la excelencia y a presentarnos con confianza sin menoscabar a otros, puede ser un catalizador positivo para el crecimiento personal y la autoafirmación. Nos impulsa a ser la mejor versión de nosotros mismos, no por una validación vacía, sino por un sano respeto propio. En Mente Sana estamos aquí para guiarte y acompañarte en la selección del mejor especialista, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Editorial Etecé (2022). Vanidad.

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Esta es una de las preguntas clave. Generalmente, la autoestima es una valoración sana de uno mismo, mientras que el orgullo puede ser una satisfacción por los propios logros (positiva) o un exceso de estimación de uno mismo que lleva a la arrogancia (negativa). La vanidad se enfoca más en el deseo de ser admirado por otros, a menudo por cualidades superficiales.
Como hemos discutido, no. Un grado moderado de vanidad puede ser un impulso para el autocuidado, la mejora personal y la búsqueda de la excelencia. Se vuelve negativa cuando es excesiva y lleva a la arrogancia, la superficialidad o la necesidad constante de validación externa.
Las redes sociales son un caldo de cultivo para la vanidad. Ofrecen una plataforma para la autoexhibición y la búsqueda de aprobación a través de likes y comentarios, lo que puede intensificar el deseo de ser percibido como «perfecto» o exitoso.

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Ronysmar Rodriguez
Licenciada en Psicología clínico, con experiencia en trastornos psicoafectivos, ansiedad y terapia de pareja. Enfoque en terapia cognitivo-conductual. FPV Nro: 10.247, con mas de 9 años de experiencia. Mis habilidades van arraigadas en principios y valores positivos, contando con resolución de problemas, comunicación asertiva, compromiso y responsabilidad en tareas y metas, discernimiento e intuición con sentimientos y emociones permitiendo así trasformar e impactar de manera positiva en la vida de mis pacientes.
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