
El trastorno explosivo intermitente (TEI) es una alteración de la conducta caracterizada por episodios repentinos de ira desproporcionada ante estímulos mínimos. Quienes lo padecen pueden pasar rápidamente de la calma a reacciones violentas, como gritos, insultos o incluso agresiones físicas, que luego suelen acompañarse de culpa o arrepentimiento. Recién en los años 90, se descubrió que se trataba de una enfermedad por alteración de serotonina, por lo que, hasta ahora se dificulta su diagnóstico.
¿Qué es el trastorno explosivo intermitente?
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5- RT), el trastorno explosivo intermitente (TEI) se define por episodios impulsivos de agresividad verbal o física que no están justificados por la situación. Estas reacciones son breves, intensas y no premeditadas, donde el paciente es consciente de la agresión, pero no puede controlarla.
El TEI es un trastorno crónico que tiende a persistir durante muchos años, que, aunque suele manifestarse en la adolescencia o adultez temprana, muchas veces pasa desapercibido o se confunde con un «carácter fuerte». La persona con trastorno explosivo intermitente presenta episodios graves de arrebatos agresivos e incapacidad de controlar los impulsos, que conllevan daños materiales, físicos o destrucción de la propiedad.
Un rasgo importante del TEI es que la persona, entre episodios, puede tener un funcionamiento aparentemente normal, lo que puede ser confuso tanto para profesionales como para el entorno cercano
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Síntomas del trastorno explosivo intermitente
- Ira intensa y repentina que surge de pronto.
- Sensación de tensión acumulada antes del estallido.
- Irritabilidad constante o mal humor.
- Arrepentimiento, culpa o vergüenza después del episodio.
- Explosiones verbales: gritos, insultos, amenazas.
- Agresión física: golpes, empujones, romper objetos.
- Destrucción de propiedad.
- Reacciones exageradas ante frustraciones mínimas.
- Episodios breves (menos de 30 minutos), pero muy intensos.
- Tres episodios graves en un año o dos episodios por semana durante al menos un mes.
- Baja tolerancia a la frustración
- Dificultad para anticipar las consecuencias de sus actos en el momento de la explosión
Ira y agresión

Pese a que la ira no es patológica en sí misma, cuando ocurre, el estímulo sensorial pasa del tálamo a la amígdala sin que exista una intervención de la cognición para el análisis del desencadenante, por lo que se genera una respuesta automática.
La agresión es una conducta (no una emoción), en la cual, existe un daño intencional a otras personas. El individuo tiene la función claramente establecida en su mente, de lastimar a algo o alguien.
Lee también: Cómo controlar la ira y la agresividad: Un camino hacia la serenidad
Trastorno explosivo intermitente y serotonina
Estudios neurobiológicos han vinculado el TEI con una disfunción en los niveles de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo y el control de impulsos. Estudios encontraron alteraciones en el funcionamiento del sistema serotoninérgico central en personas con este trastorno, especialmente en áreas cerebrales como la corteza prefrontal y la amígdala, asociadas con el procesamiento emocional.
Estas alteraciones explican en parte la baja tolerancia a la frustración, la impulsividad y la agresividad característica del trastorno explosivo intermitente.
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Consecuencias generales
Personas con TEI, suelen presentar dificultades en diferentes áreas de su vida, como:
- Problemas laborales o académicos.
- Conflictos frecuentes con pareja, familia o amigos.
- Aislamiento social.
- Impacto negativo en la autoestima.
- Sentimientos de culpa.
- Trastornos del sueño.
- Abuso de sustancias.
Trastorno explosivo intermitente en pareja
Uno de los ámbitos más afectados por el TEI es el entorno íntimo. El trastorno explosivo intermitente en la pareja puede generar dinámicas de miedo, tensión constante y daño emocional. Las explosiones de ira, aunque no siempre llegan a la violencia física, deterioran gravemente la comunicación y el vínculo afectivo.
El miedo a detonar una crisis puede llevar al aislamiento emocional, la hipervigilancia o la normalización del maltrato.
Es fundamental no justificar los estallidos por este trastorno, para promover la búsqueda de tratamiento adecuado y establecer límites saludables.
Tratamiento del TEI

El tratamiento del trastorno explosivo intermitente requiere un enfoque multimodal.
Se trabaja con psicoterapia, paraidentificar signos y sensaciones que anteceden a la conducta violenta, así como pensamientos distorsionados. De igual manera, que la persona disponga de herramientas para manejar la ira y mejorar la regulación emocional, aplicando conductas alternativas.
Asimismo, debe integrarse con tratamiento farmacológico. En algunos casos, se recurre a estabilizadores del ánimo o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) para mejorar el control de impulsos y reducir la agresividad.
Por último, involucrar a la familia o pareja en el proceso terapéutico puede ser útil para la comprensión del trastorno, establecimiento de límites y para mejorar la convivencia.
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Conclusiones
El trastorno explosivo intermitente es un trastorno del comportamiento caracterizado por episodios de ira, agresión y pérdida del control de los impulsos, que va más allá del “mal carácter”. Por esto, afecta profundamente la vida emocional, relacional y funcional de quien lo padece, y de su entorno cercano, por lo que requiere atención profesional.
La detección temprana y un abordaje integral pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con TEI, reduciendo el impacto de las complicaciones generales.
De igual manera, resulta importante buscar ayuda especializada y proteger el bienestar emocional sin minimizar los signos de violencia, previniendo daños mayores y favoreciendo una convivencia más armónica.
Referencias
Bustamante, G. (2013). Trastorno Explosivo Intermitente (TEI). Revista de Actualización Clínica Investiga, vol.35, 1824-1827.
Mayo Clinic Staff. (2024). Intermittent explosive disorder – Symptoms & causes. Mayo Clinic.